Look what it's done to your friends, their memories are pretend and the last thing that they want is for the feeling to end.

viernes, 22 de febrero de 2013

Segunda etapa: finalizada.

Ya nada queda de aquella euforia de noviembre.
No.
Me había dedicado a quemarme y todo aquel esfuerzo lleva desde entonces pasándome factura.
Un día y otro. Y otro. Y otro.
Un dolor insoportable.
Me acostaba con dolor y me despertaba con dolor.
Se me instalaba en el pecho y me duraba semanas enteras.
En el momento del estrés, aguantas; cuando hay problemas, te mantienes fuerte, el instinto te ordena sobrevivir. Pero luego pasan las amenazas y toda esa energía para aguantar te la has sacado de dentro, de unas reservas que, al gastarse, te hacen flaquear, dudar de tu propia cordura.
Llevo desde noviembre viviendo de un día para el siguiente, intentando en muchas ocasiones mantenerme cuerda, y, mientras sobrevivía a duras penas, el tiempo, increíblemente, pasaba. Y, cuando creí que ya había remontado la cuesta, resultó que la etapa estaba acabada.
Toda una etapa de tres empleada en recuperarme de la primera, desde luego no es un balance muy halagüeño.
Pero sigo aquí, que no es poco.
Queda la recta final y lo que necesito es el equilibrio, ni los excesos del principio ni los esfuerzos colosales por mantenerme en pie de después.
Equilibrio.
Los miedos de noviembre ya están purgados, ahora toca mirar adelante.
Aunque ver un futuro limitado y vendido a condiciones indispensables no ayude. No, de hecho no ayuda nada.

1 comentario:

  1. Hace a penas cinco días un hombre con bigote nos confesó que uno de los elementos fundamentales de la vida es saber encontrar un "para qué vivir". Tal vez lo único que necesitas es algo que cambie ese futuro limitado y vendido a las condiciones por uno que, aunque utópico, te valga como excusa para levantarte cada día. Suerte con esa búsqueda aristotélica del equilibrio.
    Fdo. Un buen amigo

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