Look what it's done to your friends, their memories are pretend and the last thing that they want is for the feeling to end.

domingo, 16 de junio de 2013

Lo sabía. Lo sabía y no hice nada.

¿Qué ha cambiado?
Hay algo que es diferente.
Es su sangre. Esta noche corre clara por sus venas y no le embota el cerebro. Son los mismos labios de dos noches atrás, pero el tacto es diferente. Ya no hay trampa ni cartón, esas mejillas rugosas por la barba incipiente no son las de un niño de catorce años, como tampoco es de una niña la camisa negra transparente.
Ella abre los ojos y se ve reflejada en un espejo.
Nota que se traiciona, que está haciéndose daño.
El hechizo de la otra noche no solo no reaparece, sino que se corrompe y se vuelve un maleficio.
Aquellas palabras que danzaban en algún cuarto trasero de su cabeza se vuelven audibles y se acompañan de un fondo de color verde inesperado.
Vete de aquí.
La imagen que se forma la estremece inexplicablemente. ¿Y si es cierto? Ojalá.
Ella se asusta. Mucho. Muchísimo.
La música que retumba se vuelve sólida y le baila frente a los ojos.
Verde de nuevo.
Verde esperanza.
Ella se va, huye atemorizada.
Dios mío. ¿Cómo ha podido pasar?

Last chance.

A base de sorbitos pequeños, de repente todo brilla.
Baila y se siente bien, el vestido negro ajustado le deja moverse sin parar.
Todo da vueltas.
No sabe muy bien cómo él le rodea la cintura.
La euforia la embriaga y se deja llevar.
Es ella la que le guía fuera de la música, pero en realidad es la mano de él la que endereza su rumbo errático.
No reconoce las caras.
Tiene la música dentro.
De repente los dos tienen catorce años y se comen a besos.
Ella no puede pensar, se marea, pero se abandona a sus brazos.
Catorce años y todo por delante.
Un amor que culmina por fin.
Una última oportunidad.
Pero todo es una fantasía. Ya no tienen catorce años y ya no hay amor. Ella aún necesitará equivocarse otra vez para darse cuenta.
Tal vez para entonces sea demasiado tarde.
Tal vez.