Aún sigue ahí, mirándome impertérrita.
Desgraciadamente incorruptible.
A la vista de todos.
Ocultando el secreto.
Nadie se ha dado cuenta de que no estoy donde debería.
Nadie se ha percatado del abrazo furtivo.
Aunque los sueños soleados de música vibrante no se ven, se intuyen.
Traicioneros como espinas.
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