Cada día pienso en ti, no puedo evitarlo. Te me apareces en momentos inesperados en forma de recuerdos dulces, muy dulces, y también en forma de recuerdos tristes y amargos. Cada día recojo los recuerdos y los contemplo brevemente, los doblo con cuidado y los guardo en carpetas muy ordenadas.
Poco a poco voy llenando las carpetas de colores y metiéndolas en cajas de cartón rugoso. Poco a poco voy subiendo las cajas al altillo del armario, donde guardo el pasado que no ha de volver. Poco a poco me voy contando una historia a mí misma, me cuento nuestra historia y la elaboro, la hilo, aprendo de ella, la guardo.
Nada ha sido en vano, contigo lo aprendí todo y eso no voy a perderlo. Es solo que ahora ha llegado el momento de aprender sola, aunque al principio duela y me sienta tentada a sacar nuestras cajas del armario.
No me torturo, es normal que piense en ti y también es normal que a ratos me mate, pero cada vez esos ratos son más cortos y cada vez duelen menos.
Aún quedan cosas por clasificar, pero no hay prisa, todo llegará a su debido tiempo.
Poco a poco :)
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